Con la exposición solar crónica y la edad, es natural que comiencen a aparecer los primeros signos de envejecimiento de la piel. Las arrugas aparecen, la piel se hace más fina y más seca, pierde su elasticidad y los vasos sanguíneos se hacen más perceptibles.
Con el paso del tiempo, el pelo se vuelve blanco, comienza a apreciar una pérdida de volumen en la cara y una nueva distribución de la grasa no solo en la cara, sino más bien en todo el cuerpo.
El aspecto agotado es el resultado de la concentración muscular que, por su parte, puede ocasionar ciertas arrugas profundas y permanentes en ciertas zonas de la cara, singularmente entre las cejas y en torno a los ojos.
Las marcas de expresión se hacen poco a poco más perceptibles en la superficie de la piel, haciendo que aparezcan las primeras arrugas, así como la pérdida de volumen y densidad.
Es un hecho que la piel avejenta por múltiples razones. No obstante, no todas y cada una pueden evitarse y alterarse. Sí, existen algunas razones que pueden y han de ser prevenidas y controladas.
Envejecimiento de la piel, causas
La piel, como cualquier otro órgano de nuestro cuerpo, asimismo padece cambios en su estructura conforme pasan los años.
Las causas cambian desde la acción de los rayos ultravioletas emitidos por el sol hasta la acción hormonal que se genera con el tiempo. O sea, son una combinación de factores internos y externos.
Las primordiales causas internas del envejecimiento de la piel del semblante no pueden alterarse y son absolutamente ineludibles.
La edad biológica influye en nuestro cuerpo por el hecho de que determina la eficacia de las funciones de las células, como ciertos cambios estructurales en la piel. Todos los años que pasa, se ralentizan.
En lo que se refiere a las causas externas, es esencial entender que se refieren a un proceso concreto, el agobio oxidativo. Lo que sucede es que las moléculas (llamadas radicales libres) se liberan en el cuerpo y se marchan amontonando, provocando un envejecimiento de la piel perceptible. Resaltamos ciertos de esos factores externos.
La exposición solar
Los daños ocasionados por los rayos ultravioletas emitidos por el sol son los primordiales responsables del envejecimiento de la piel. Pueden manifestarse mediante máculas oscuras o bien aun rojizas. Es esencial que utilice un protector solar con un factor de protección elevado día a día.
El tabaco
El tabaco reduce significativamente la cantidad de oxígeno que se provee a todos y cada uno de los órganos de nuestro cuerpo, afectando de manera directa a la piel. Como sabemos, la piel de los fumadores tiende a ser poco a poco más obscura y con máculas conforme pasan los años.
La nicotina presente en los cigarros es responsable del incremento de la cantidad de radicales libres (moléculas exageradamente perjudiciales) en la piel.
El agobio
La ansiedad y el agobio asimismo contribuyen al envejecimiento de la piel. Cuando se siente deseoso y continuamente preocupado por algo, meridianamente no va a poder reposar las horas que debe. Por su parte, la carencia de reposo puede provocar una hinchazón de los ojos y los párpados caídos, lo que hace que la piel sea más fina y floja.
Nutrición desequilibrada
Es esencial que nutra de manera cuidadosa y salud a fin de que su piel pueda continuar considerablemente más tiempo sin signos de envejecimiento.
La piel refleja lo que cada uno de ellos de nosotros ingiere, por consiguiente, es esencial que prosiga una dieta equilibrada con comestibles como el pescado, las verduras, las frutas y la ingesta de mucha agua. Además de esto, el ejercicio puede asistir mucho a combatir el envejecimiento.
Falta de atención en la cara
La rutina completa de limpieza de la piel es indispensable para sostener una piel sana. Tanto los hombres como las mujeres deben aplicar una crema diaria en la piel, en especial en la zona circundante de los ojos. En esta zona, la piel es más fina, con lo que por norma general aparecen las primeras arrugas.