Isoflavona: todo lo que debes saber

Isoflavona: ¿qué es?

La isoflavona es un compuesto no esteroideo estructuralmente similar al estrógeno natural que se une débilmente a los receptores de esa hormona en el organismo.

Cuando se consume y absorbe, se reconoce como si fuera el propio estrógeno. Por ello, las isoflavonas se denominan fitoestrógenos, siendo las principales genisteína, daidzeína y gliciteína.

Se considera un compuesto bioativo con propiedades funcionales para el organismo, es decir, tiene funciones que van más allá del suministro de nutrientes, como la prevención de enfermedades o, incluso, la promoción de la salud, cuando se ingiere como parte de una dieta habitual.

Al considerarse funcional, modula las respuestas metabólicas del individuo, promoviendo el bienestar y aumentando la longevidad con calidad de vida.

Dónde encontrar las isoflavonas

Se encuentran en alimentos de origen vegetal, principalmente la soja y sus derivados. También está presente, en menor medida, en la semilla de lino, en los brotes de alfalfa y en algunas frutas, hortalizas y granos.

Para obtener la sustancia de forma natural y en cantidades significativas, se indica el consumo de alimentos funcionales como granos de soja cocidos, harina de soja, proteína texturizada, leche de soja, tofu o miso.

Para alcanzar los resultados esperados en el organismo, es fundamental el consumo frecuente de estos alimentos, es decir, a largo plazo, durante meses seguidos e incluso años.

También pueden encontrarse en medicamentos manipulados o en forma de cápsulas. Sin embargo, el consumo de alimentos es siempre la primera recomendación, ya que es más fisiológico para el cuerpo y, en conjunto, se pueden obtener los demás nutrientes presentes en los alimentos, como fibras, vitaminas y minerales.

Cómo incluir fuentes de isoflavonas en la rutina alimentaria

Los alimentos ricos en esta sustancia pueden incluirse en las comidas, por ejemplo, utilizando harina de soja o PTS en la preparación de recetas como hamburguesas, albóndigas u otros.

Estos preparados pueden sustituir a la carne de algunas comidas a lo largo de la semana, ya que son buenas fuentes de proteínas, así como la carne roja o blanca o los huevos. Conviene señalar que la soja no sustituye la carne plenamente en todos los nutrientes,

Otra alternativa es incluir la soja o la semilla de lino en ensaladas frías. Todos estos alimentos son ricos en proteínas y tienen un bajo índice de grasas y pueden ayudar a controlar el peso de las mujeres, que a menudo tienen dificultades para mantener el peso dentro de los parámetros sanos después de la menopausia.

Los granos de soja, por ejemplo, además de la buena calidad protéica, siguen siendo ricos en grasas buenas como el omega 3 y el omega 6, además de considerarse una buena fuente de fibras, vitaminas, minerales como el potasio, el hierro, el zinc y el magnesio. También contiene otras sustancias funcionales como saponinas y fitatos.